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EC7 Universidades que desarrollan una intensa labor de investigación en la gestión de crisis (el caso de Noruega)

Enviado por edusoft_admin el Vie, 09/09/2022 - 02:57

¿En qué consiste la iniciativa y dónde se ha implementado (en qué ciudad o en qué país, por ejemplo)?

La iniciativa surgió en Noruega ante la necesidad de actuar conjuntamente para responder a las demandas urgentes derivadas de las crisis médicas y sociales. Ante la situación crítica de incertidumbre y falta de tiempo, el gobierno noruego recurrió a expertos académicos mientras preparaba una respuesta colectiva al COVID-19 para eliminar los posibles daños en las esferas sanitaria, económica, política y social. El gobierno tenía el deber de aportar soluciones sostenibles. Con la ayuda de importantes expertos y la acción humana e institucional, el gobierno puso en marcha acciones fundamentadas en la investigación. Este estudio de caso pone de relieve los pros y los contras de este enfoque y parte de la base de que se seguirá utilizando este modelo mejorado para una posible respuesta a la crisis en el futuro.

¿Cómo se estableció la iniciativa? ¿Cómo se puso en práctica?

No existe una fuente única, sino que la colaboración surgió de las respuestas individuales a la crisis, de las experiencias personales compartidas y de la necesidad de proporcionar al público en general información contrastada.

Una colaboración entre dos organismos expertos −la Dirección de Salud de Noruega y el Instituto Noruego de Salud Pública, bajo la dirección del Ministerio de Salud y Servicios Asistenciales− sirvió de base en la primera etapa de la crisis del COVID-19. Estos organismos colaboraron estrechamente con instituciones internacionales e interdisciplinarias.

La respuesta inicial a la crisis fue eficaz debido a que se reconoció pronto el problema y se consideró una amenaza que requería atención y una respuesta adecuada. El gobierno presentó al público el plan de acción y las medidas necesarias para acabar con la posible amenaza de propagación del virus.

¿Qué partes interesadas participan en el diseño y la implementación de la iniciativa? ¿A qué sectores representan?

El éxito de la iniciativa depende de dos agentes fundamentales. El gobierno sigue siendo el organismo legal central en la gestión de la respuesta a la crisis; por tanto, el éxito de este empeño depende de la capacidad y la legitimidad del gobierno (Christensen y Laegreid, 2020, citado en Gornitzka y Stolen, 2021). Christensen y Laegreid definen la capacidad gubernamental como los recursos de que dispone el gobierno y la rapidez con la que dispone de estos recursos, mientras que la legitimidad gubernamental, según los autores, se refiere a la confianza de los ciudadanos en las acciones del gobierno y a la transparencia de las medidas aplicadas y la evaluación del impacto (Christensen y Laegreid, 2020, citado en Gornitzka y Stolen, 2021).

Las universidades que desarrollan una intensa labor de investigación contribuyen de manera significativa, ya que la toma de decisiones de un gobierno debe estar respaldada por hechos y por una base teórica en un entorno de este tipo. Las universidades que desarrollan una intensa labor de investigación proporcionan un depósito de conocimientos de emergencia que puede utilizarse como parte de la respuesta gubernamental a la crisis. Están dotadas de conocimientos de alto nivel y competencia científica para beneficiar a la sociedad en tiempos de gran incertidumbre.

¿Qué repercusiones tiene la iniciativa en cuanto a la promoción del aprendizaje a lo largo de toda la vida? ¿A quién beneficia y de qué manera? 

La colaboración entre el gobierno noruego y las universidades centradas en la investigación, junto con los esfuerzos académicos individuales, tuvo un impacto significativo en los sectores médico, político, social, tecnológico, económico y educativo.

La Universidad de Oslo, líder en investigación, contribuyó a la toma de decisiones fundamentadas en cuanto a la implementación de soluciones médicas adecuadas y eficaces para la crisis sanitaria central. La ciencia de la salud y la investigación en aspectos médicos y biológicos permitieron evaluar con precisión el riesgo de contacto/proximidad y el impacto en la salud mental.

La transparencia de las acciones legales emprendidas permitieron que el público en general respondiera de forma inmediata. En cuanto a la ley propuesta por el gobierno noruego al principio de la crisis sanitaria, hubo oportunidad de manifestar opiniones críticas, que dieron lugar a importantes enmiendas durante las sesiones parlamentarias. Gracias a las intervenciones del personal académico independiente, la opinión pública se vio beneficiada en cuanto a los límites de la jurisdicción legal en condiciones de emergencia.

Los expertos en humanidades y ciencias sociales ayudaron a explorar los llamados aspectos humanos en torno al discurso sobre la pandemia, la confianza hacia la actualización de la información y el papel de los medios sociales. Los inmunólogos expertos contribuyeron a la concienciación participando en iniciativas de divulgación pública, como los blogs, y compartiendo experiencias personales y profesionales a través de las redes sociales, proporcionando así fuentes de información creíbles de primera mano e interactuando de manera informal con el público.

El Sistema de Información Sanitaria de los Distritos (DHIS, por sus siglas en inglés) –una plataforma de software de código abierto para la recogida, gestión y análisis de datos– agilizó la detección de casos y la vigilancia de los casos activos. Este software fue replicado por varios ministerios de sanidad de países de ingresos bajos y medios.

El comité de expertos, presidido por un catedrático y el director del Departamento de Economía, analizó las repercusiones económicas a largo plazo de las medidas específicas contra la pandemia. El enfoque interdisciplinario de la gestión de la crisis sirvió para equilibrar las medidas de protección y prevenir el colapso económico.

El peligro sin precedentes para la salud pública empujó de la noche a la mañana a las instituciones educativas a una digitalización a tiempo completo. Debido a la solidez de las infraestructuras y al acceso generalizado a la tecnología, Noruega no sufrió pérdidas considerables en la oferta educativa. La financiación privada permitió una transición suave y un alto nivel de flexibilidad en la toma de decisiones, independiente del presupuesto gubernamental. La autonomía institucional y financiera de Noruega garantizó la estabilidad y la resiliencia en caso de crisis.

La colaboración multidisciplinar e interdisciplinar entre las partes interesadas es un factor clave para que las acciones mencionadas tengan un resultado favorable. Dado que la pandemia va más allá de una crisis médica, la administración pública, las industrias y los agentes individuales deben colaborar para influir en la efectividad de las medidas implantadas por el gobierno.

Las consecuencias políticas, sociales y económicas a largo plazo de los cierres totales y parciales aún no se han investigado lo suficiente; además, se tiende a compartir los resultados de la investigación en canales inmediatos como la prensa y las redes sociales, lo que no deja margen para garantizar la calidad. La falta de control de calidad que sí ofrece la revisión por expertos supone tanto una limitación como una amenaza potencial.

 

Referencias

Gornitzka, A. y Stolen, S. 2021. University challenge - The role of research-intensive universities in crisis management [Desafío universitario - El papel de las universidades que desarrollan una intensa labor de investigación en la gestión de crisis]. En: S. Bergan, et al. eds. Higher education's response to the COVID-19 pandemic - Building a more sustainable and democratic future. s.l.:Consejo de Europa, pp. 107–114.

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