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EC20 Estrategias de financiación sostenible en la educación superior

Enviado por edusoft_admin el Jue, 01/09/2022 - 08:16

¿En qué consiste la iniciativa y dónde se ha implementado (en qué ciudad o en qué país, por ejemplo)?

Una estrategia de financiación sostenible en la educación superior suele ser propia de los países de renta alta con estructuras públicas estables y un ambiente político pacífico. A excepción de los países económicamente avanzados, la mayoría de las estructuras de educación superior carecían de fondos suficientes y no contaban con una estrategia de financiación sostenible, incluso antes de la crisis del COVID-19. Los países nórdicos, los Estados del Golfo, Singapur y Escocia (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte) registran un éxito relativo debido a que reciben apoyo financiero exclusivamente a través de la financiación y la prestación pública. Las instituciones de enseñanza superior de Australia, Canadá, Reino Unido, la Región Administrativa Especial de Hong Kong (República Popular China), Islandia, los Países Bajos, Nueva Zelanda y Suiza funcionan mediante una combinación de recursos públicos y reparto de costes públicos (Salmi, 2021). El siguiente estudio de caso analiza diversas estrategias de financiación y formula una serie de recomendaciones sobre cómo implementar una financiación sostenible.

¿Cómo se estableció la iniciativa? ¿Cómo se puso en práctica?

La pandemia mundial acentuó aún más las disparidades existentes entre los países de bajos y altos ingresos. Salmi (2021) esboza las principales características de la financiación sostenible aplicada en diversas instituciones de educación superior a nivel mundial, presenta varias recomendaciones sobre cómo lograr sistemas autosuficientes y subraya la necesidad de implantar estos sistemas en un futuro próximo.

¿Qué partes interesadas participan en el diseño y la implementación de la iniciativa? ¿A qué sectores representan?

El caso analiza las estrategias de financiación implementadas durante la crisis del COVID-19, clasificando los impactos de estas estrategias en impactos a largo y corto plazo. Se seleccionaron varios países para dar una visión de las diversas estructuras públicas con distintos sistemas de gobernanza y distintos grados de flexibilidad.

¿Qué repercusiones tiene la iniciativa en cuanto a la promoción del aprendizaje a lo largo de toda la vida? ¿A quién beneficia y de qué manera? 

Los estudiantes y los trabajadores sufrieron graves dificultades económicas y emocionales en todo el mundo. Esta crisis sanitaria sin precedentes puso al descubierto la falta de preparación de los sistemas y de las partes interesadas, como los profesores, los administradores, los alumnos y los padres, a la hora de cambiar al aprendizaje en línea de la noche a la mañana. Este cambio supuso una gran improvisación por parte de todos los implicados en el proceso para tratar de suavizar la transición.

En los Estados Unidos de América, los estudiantes de familias con bajos ingresos, los estudiantes de colegios comunitarios, los estudiantes internacionales y los beneficiarios de alojamientos subvencionados en el campus fueron los más afectados durante las primeras fases de la pandemia.  

En los países en desarrollo, la escasez de ordenadores portátiles en los hogares y la inestabilidad de las infraestructuras existentes, así como la baja velocidad de conexión a Internet o la discontinuidad del suministro eléctrico, agravaron la brecha digital existente.

Debido a la falta de apoyo técnico y pedagógico, el personal docente y administrativo no implementó los cambios necesarios para abordar las demandas del aprendizaje digital. La adaptación de los materiales didácticos tradicionales fue insuficiente; las clases carecían de sistemas de evaluación y valoración que reflejaran el nuevo entorno de aprendizaje en línea; la administración no proporcionó la información necesaria para adaptar la evaluación formativa y garantizar la transición al grado o nivel educativo correspondiente.

Varios países de la OCDE fueron capaces de recuperarse de la conmoción inicial de la crisis aprobando medidas de rescate económico y proporcionando a los estudiantes ayuda financiera. Estos países reasignaron recursos al sector educativo e invirtieron en el bienestar de los estudiantes y del personal. También apoyaron la investigación en estudios médicos y sociales para paliar los efectos a largo plazo de la pandemia.

En los países en vías de desarrollo, el presupuesto asignado a la educación sufrió importantes pérdidas, ya que se dio prioridad a las esferas médicas para hacer frente a los crecientes gastos sanitarios. En muchos sistemas educativos, la financiación gubernamental se redistribuyó hacia los niveles inferiores de la enseñanza y se priorizaron las necesidades de los alumnos más jóvenes.

A partir de las cuestiones expuestas, Salmi (2021) ha propuesto cuatro estrategias eficaces para establecer una estrategia de financiación funcional y eficiente para las instituciones de educación superior:

Alineación entre la política nacional y las estrategias de financiación

Esto es esencial para lograr una sinergia entre las prioridades nacionales y los recursos financieros asignados a la educación superior. Las universidades y otras estructuras de educación superior son fuentes con un potencial ilimitado para servir a los intereses económicos nacionales y al bienestar social.

Alineación de los recursos en función del rendimiento de la institución

La asignación presupuestaria debe estar marcada por la contribución de las instituciones a la calidad y la relevancia científica, así como por su aportación social a la equidad y los valores democráticos.

Equidad, objetividad y transparencia

La equidad en la asignación de recursos puede garantizarse utilizando el principio del universalismo, junto con la objetividad y la transparencia en la asignación de fondos y el gasto.

Sostenibilidad, autonomía y responsabilidad

La evidencia demuestra que la innovación y la eficacia de las universidades van de la mano de la flexibilidad y la autonomía de las estructuras educativas en relación con las medidas políticas y la financiación centralizada. Las universidades flexibles están mejor posicionadas para responder mediante la innovación a los rápidos cambios del entorno y a la evolución de las demandas del mercado.

Es crucial responder a las exigencias actuales en el seno de la crisis mundial y más allá de ella, y dotar a las estructuras de educación superior con resiliencia.

 

Referencias 

Salmi, J. 2021. Sustainable financing of higher education after the pandemic [Financiación sostenible de la educación superior tras la pandemia]. En: Bergan, S. et al. eds. Higher education's response to the Covid-19 pandemic - Building a more sustainable and democratic future. s.l., Consejo de Europa, pp. 107–114.

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