¿En qué consiste la iniciativa y dónde se ha implementado (en qué ciudad o en qué país, por ejemplo)?
Arab Youth Voice (La voz de la juventud árabe) es una iniciativa lanzada por la Fundación Anna Lindh en colaboración con el British Council en Egipto, Jordania y Túnez inicialmente, que se extendió posteriormente a otros países de la región árabe: Libia, Argelia y Marruecos. El objetivo de la iniciativa es mejorar los conocimientos y desarrollar las habilidades de los jóvenes de la región árabe, facilitando así diálogos y debates abiertos. El proyecto se centra en tres aspectos clave: aumentar las habilidades de debate en la juventud; proporcionar plataformas para que los jóvenes puedan alzar su voz sobre temas sociales, reunirse e intercambiar ideas y experiencias; y crear puentes entre los espacios virtuales y públicos apoyando a los jóvenes blogueros. La celebración de debates públicos eficaces empodera a los jóvenes y crea el diálogo democrático necesario para el desarrollo de la región (DVV International, 2013; Arab.org, s.f.).
¿Cómo se estableció la iniciativa? ¿Cómo se puso en práctica?
La iniciativa se diseñó e implementó en colaboración con el British Council. En el proceso de implementación, se crearon clubes de debate en zonas urbanas y rurales de varios países de la región árabe. Los clubes de debate fomentan el diálogo estructurado sobre cuestiones sociales problemáticas y promueven el aprendizaje y la aceptación de ideas diferentes. La iniciativa se dirige a personas de diversos orígenes y tiene como objetivo mejorar sus conocimientos y habilidades de debate, desarrollar el pensamiento crítico y promover la cultura democrática al mostrar los valores pluralistas y destacar las ventajas de la diversidad entre la población de la región. Las redes sociales se usan activamente para la divulgación. El entorno virtual permite el debate público sin restricciones, por lo que el diálogo se extiende más allá de las fronteras, involucrando a diferentes comunidades en los debates y compartiendo los resultados (DVV International, 2013).
¿Qué partes interesadas participan en el diseño y la implementación de la iniciativa? ¿A qué sectores representan?
En la iniciativa participan numerosas partes interesadas a nivel internacional, nacional y local. El British Council y la Fundación Anna Lindt han colaborado en el lanzamiento. Los principales socios de los programas son los Ministerios de Educación de Jordania, Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos, así como las instituciones educativas de estos países. La participación del sector de la sociedad civil también es de gran importancia: el programa cuenta con la cooperación de ONG, centros culturales y otras organizaciones. Por último, también participan activamente los grupos de jóvenes (Arab.org, s.f.).
¿Qué repercusiones tiene la iniciativa en cuanto a la promoción del aprendizaje a lo largo de toda la vida? ¿A quién beneficia y de qué manera?
El proyecto ha tenido una repercusión diferente en cada uno de los países destinatarios y se ha enfrentado a diversos retos. En Egipto, el plan de estudios sociales elaborado no respondía a las necesidades de las comunidades. A pesar de ofrecer una visión general de las nociones y conceptos de la educación cívica, no se ocupaba tanto del papel del ciudadano en la sociedad, sino que se centraba principalmente en el papel de la autoridad y sus responsabilidades. Las aulas egipcias son un ejemplo de una dinámica similar en las relaciones entre profesores y alumnos. En consecuencia, Egipto anunció reformas educativas específicas que implicaron cambios en los recursos didácticos. La evaluación llevada a cabo en el marco del programa demostró la necesidad de introducir cambios en el plan de estudios de educación cívica. La revisión debería basarse en cuatro dimensiones operativas: política, social, económica y cultural (DVV International, 2013).
Varios factores obstaculizan el éxito del programa. Aunque desde 2011 se ha intentado aumentar la participación de los jóvenes en los ámbitos social y político, sigue habiendo contratiempos inevitables. Entre ellos, la falta de participación del gobierno, la mala calidad de la educación, las escasas oportunidades de participar en ámbitos políticos formales, la falta de incentivos y las actitudes desalentadoras de los familiares. La educación formal no cumple con altos niveles de calidad y ofrece escasas oportunidades para pensar de forma crítica. No obstante, los jóvenes han expresado su deseo de convertirse en miembros más activos de la sociedad y contribuir al bienestar de sus comunidades participando en la vida cívica (Spencer y Aldouri, 2016).
Referencias
Arab.org. s.f. Young Arab Voices [La Voz de la Juventud Árabe]. [En línea] Beirut, arab.org. Recuperado de: https://arab.org/ [Consultado el 5 de noviembre de 2021].
DVV International. 2013. Adult Education and Social Change [Educación de adultos y cambio social]. [En línea] Bonn, dvv international. Recuperado de: https://www.dvv-international.de/fileadmin/files/ipe_67_final_web.pdf [Consultado el 4 de noviembre de 2021].
Spencer, C. y Aldouri , S. 2016. Young Arab Voices. Moving youth policy from debate into action [La Voz de la Juventud Árabe. Pasar del debate a la acción en la política de juventud]. [En línea] Londres, El Instituto Real de Asuntos Internacionales. Recuperado de: https://www.chathamhouse.org/sites/default/files/publications/research/2016-05-13-young-arab-voices-spencer-aldouri.pdf [Consultado el 5 de noviembre de 2021].