1.2. ¿Por qué se debe promover el ALTV?

Enviado por uil_maintainer el Jue, 03/11/2022 - 09:38

Los cambios económicos, tecnológicos, ambientales y sociales emergentes señalan la necesidad de fomentar la adaptación, la creatividad y, lo que es más importantes, el aprendizaje que continúa a lo largo de la vida. Las personas ya no pueden seguir el curso de su vida utilizando únicamente las competencias y los conocimientos adquiridos en la escuela, el colegio universitario o la universidad. 

Como veremos en el Capítulo 2, algunos países ya han situado el ALTV en el corazón de las políticas nacionales para la transformación económica y social, ya que ellos han decidido esforzarse para convertirse en sociedades del aprendizaje. Las políticas implementadas en diferentes regiones del mundo confirman que el ALTV se está adoptando como un principio rector clave para la articulación de las políticas educativas, sociales y del mercado laboral a nivel nacional y local. Esto sirve como un reconocimiento por parte de los países de que el ALTV tiene una multitud de beneficios y puede contribuir a mejores entornos de vida, mejor salud y bienestar, comunidades más cohesionadas, mayor compromiso cívico y mejores oportunidades de empleo. Schuller et al. (2004) apuntan a los resultados sociales en particular, identificando la influencia positiva del aprendizaje en el capital humano y social, así como los beneficios de estos resultados en la persona y su comunidad.

Para demostrar el gran valor del ALTV, esta sección defiende su promoción utilizando seis tendencias principales que afectan al mundo actual. En cada caso, se define la tendencia y se brinda una descripción general de las oportunidades relacionadas, así como las consecuencias actuales y potenciales. Luego se destaca el papel del ALTV con un enfoque en sus beneficios, que, en todas las tendencias, incluye el cultivo de la adaptabilidad y la creatividad entre las poblaciones.

1.2.1. Desarrollos en tecnologías digitales

En particular en la última década, la tecnología móvil se ha vuelto cada vez más multifuncional, portátil y asequible, lo que abre nuevas oportunidades para el aprendizaje en entornos formales, no formales e informales, especialmente en comunidades que anteriormente tenían oportunidades limitadas para acceder y utilizar la tecnología (UNESCO, 2022). Al mismo tiempo, las nuevas tecnologías –tales como la automatización, la inteligencia artificial (IA), el Internet de las cosas y la cadena de bloques, están cambiando significativamente las habilidades y competencias necesarias para los trabajos existentes; haciendo que desaparezcan las ocupaciones rutinarias y poco calificadas; y dando lugar a la creación de nuevos puestos de trabajo e industrias (ILO, 2021). La naturaleza en red de la tecnología moderna, combinada con la IA, también está cambiando nuestras interacciones, comunicaciones, medios de comunicación y entretenimiento de maneras que moldean profundamente nuestra forma de ser (Poquet y de Laat, 2021). 

Mediante sus indicadores y estrategias de implementación, el ODS 4 reconoce explícitamente el papel de la tecnología en todas las formas de educación y aprendizaje. La meta 4.4 mide específicamente la proporción de jóvenes y adultos que tienen competencias en tecnología de la información y la comunicación (TIC), reconociéndolas como un componente importante de las habilidades necesarias para el empleo, los trabajos decentes y el espíritu empresarial. El desarrollo de habilidades en TIC, incluida la alfabetización digital, permite a los educandos aprovechar al máximo los dispositivos digitales, Internet y los recursos en línea para las oportunidades de aprendizaje (UNESCO, 2020). Estas oportunidades incluyen, entre otras, el uso de tecnologías móviles para la alfabetización básica, la obtención de calificaciones terciarias en línea y a distancia, el uso de la realidad virtual y aumentada para una educación y formación profesional más segura y eficaz (UNESCO y UNESCO Bangkok, 2017), y combinar macrodatos (big data) con algoritmos de aprendizaje automático para guiar a los adultos inscritos en cursos de habilidades relevantes para el trabajo y ofrecer orientación profesional.

Al mismo tiempo, las diferencias generalizadas en la infraestructura digital y las competencias digitales a nivel mundial apuntan a una "brecha digital" significativa entre y dentro de los países. A fines de 2019, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT, por sus siglas en inglés), organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de los asuntos relacionados con las TIC, estimó que el 49 % de la población mundial aún no tenía acceso a Internet (UIT, 2022). También existen diferencias en la propiedad y el uso de teléfonos móviles entre los géneros: las mujeres tienen un 7 % menos de probabilidades que los hombres de poseer un teléfono móvil y un 15 % menos de probabilidades de utilizar Internet móvil (GSMA, 2021). El Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI, por sus siglas en inglés), que resume los indicadores sobre el desempeño digital de Europa y rastrea el progreso de los países de la UE, muestra que el 40 % de los adultos carecen de competencias digitales básicas (European Commission, 2021). Entre los jóvenes y adultos de los grupos más vulnerables –como los refugiados, los desplazados internos y los migrantes–, los datos de alfabetización y acceso tecnológico sugieren que sufren múltiples desventajas que se entrecruzan y limitan las oportunidades de aprendizaje que se ofrecen a través de Internet y la tecnología digital
(UIL, 2022b)

La tecnología también ha suscitado preocupaciones éticas, de gobernanza y de privacidad. Se ha demostrado inequívocamente que las tecnologías avanzadas –como los algoritmos de inteligencia artificial– exacerban los sesgos, perpetúan los estereotipos de género y tienen un impacto negativo en otros aspectos del trabajo, como la contratación y los ingresos (EQUALS y UNESCO, 2019). El mayor uso de las tecnologías digitales también ha llevado a la acumulación de datos educativos por parte de un pequeño número de corporaciones globales que podrían usarse para fines comerciales imprevistos y para los cuales nunca se solicitó ni se proporcionó el consentimiento (UNESCO, 2020). Estas preocupaciones sugieren que se deben desarrollar salvaguardas y límites apropiados en torno a los valores del compromiso colectivo de la comunidad y el desarrollo de soporte lógico [software] libre y abierto (UNESCO, ibidem). Un borrador publicado recientemente de la Recomendación de la UNESCO sobre la ética de la inteligencia artificial (UNESCO, 2021) destaca las implicaciones éticas de la IA para la educación porque "vivir en sociedades en proceso de digitalización requiere nuevas prácticas educativas, la necesidad de reflexión ética, pensamiento crítico, prácticas de diseño responsable y nuevas competencias, dadas las implicaciones para el mercado laboral y la empleabilidad' (UNESCO, 2021, ibidem, p. 5). 

Las políticas y regulaciones juegan un papel fundamental para garantizar la inclusión en el diseño, la implementación, el uso y los resultados del uso de las TIC en el ALTV. La necesidad de tales iniciativas nunca ha sido más pronunciada. La pandemia de COVID-19 trastornó la oferta educativa tradicional y la actividad en el lugar de trabajo, lo que obligó a industrias y sectores enteros del sistema educativo a cambiar sus operaciones en línea. Como resultado, la integración de las TIC ha aumentado significativamente en muchos de estos sectores, poniendo de manifiesto las desigualdades digitales que reflejan las desigualdades sociales existentes por clase, género, raza y edad, entre otros, en el proceso. Los gobiernos son responsables de abordar estos desafíos y mapear las TIC de acuerdo con las prioridades nacionales, lo que también puede llevarse a cabo a nivel regional, como se ve en el ejemplo del Recuadro 1.1. La Sección 3.5 del Capítulo 3 también se enfoca en el avance de las TIC para la implementación del ALTV, con un énfasis particular en la inclusión, y presenta muchos ejemplos para ilustrar los problemas planteados aquí.

Recuadro 1.1 El ALTV en la práctica

Transformación digital en África

La Unión Africana [African Union, AU] está fomentando un proceso de digitalización regional y nacional a través de su Digital Transformation Strategy for Africa (2020-2030) [Estrategia de Transformación Digital para África (2020-2030)]. El objetivo general declarado de la estrategia es "aprovechar las tecnologías digitales y la innovación para transformar las sociedades y economías africanas a fin de promover la integración de África, generar un crecimiento económico inclusivo, estimular la creación de empleo, romper la brecha digital y erradicar la pobreza para el desarrollo socioeconómico del continente, y asegurar la apropiación de África de herramientas modernas de gestión digital” (AU, 2020, p. 2)

La estrategia cuenta con el apoyo de la Digital Economy Initiative for Africa (DE4A) [Iniciativa de Economía Digital para África] del Banco Mundial (World Bank, 2022), cuyo objetivo es generar reformas de políticas, intervenciones e inversiones en la economía digital en toda África. A nivel internacional, la iniciativa promueve la interconexión de los mercados digitales al tiempo que estimula el crecimiento de la infraestructura digital, las competencias, los servicios financieros, los negocios y el espíritu empresarial a nivel nacional. Hasta ahora, se han llevado a cabo diagnósticos de países en varios países africanos para dar forma a la implementación a medida que avanza la iniciativa.

1.2.2. Transformaciones en el mundo del trabajo

En el contexto de una rápida y amplia transformación del mercado de trabajo, el lugar de trabajo se está convirtiendo cada vez más en un espacio de aprendizaje. Existe una demanda creciente de habilidades avanzadas, creatividad y adaptabilidad en el lugar de trabajo; sin embargo, el ritmo y la naturaleza de los cambios tecnológicos –en forma de inteligencia artificial y automatización– dificultan la predicción de las habilidades que se necesitarán en el futuro, al mismo tiempo que requieren el desarrollo de agendas nacionales de ALTV.

La crisis del COVID-19 provocó pérdidas considerables de puestos de trabajo y una mayor desigualdad en el mercado laboral: las mujeres sufrieron una mayor pérdida de empleo que los hombres, y los trabajadores menos calificados estuvieron particularmente expuestos a la pérdida de puestos de trabajo, especialmente en la economía informal. Con la tecnología desarrollándose rápidamente, el impacto probable en los sistemas económicos nacionales es difícil de predecir; sin embargo, se anticipa que los trabajadores cambiarán de trabajo con más frecuencia y estarán sujetos a cambios de roles que requerirán una constante actualización o capacitación. 

La automatización también está afectando al mundo del trabajo con una intensidad cada vez mayor: mientras que aproximadamente el 3 % de los trabajos estaban en riesgo de automatización a principios de la década de 2020, esto podría aumentar al 30 % a mediados de la década de 2030 (PwC, 2022). Además, debido a los cambios demográficos, las personas permanecerán más tiempo en la fuerza de trabajo y una proporción cada vez mayor de la futura fuerza de trabajo estará compuesta por personas que ya están empleadas. Mientras el planeta envejece, algunas regiones, en particular el África subsahariana y el Caribe, continúan enfrentando grandes desafíos para capacitar y absorber en el mercado laboral a una población joven en rápido crecimiento. Por lo tanto, es probable que los trabajadores experimenten transiciones no lineales entre el mercado laboral y la educación, regresando a la educación para prepararse para un cambio de carrera o participando en programas de aprendizaje mientras trabajan.

El desempleo y el subempleo siguen representando las principales preocupaciones de los responsables de la formulación de políticas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó una tasa mundial de desempleo juvenil del 13.6 % para 2019, o 67.6 millones de jóvenes desempleados (ILO, 2020). En 2020, con el brote de COVID-19 y las posteriores restricciones de movimiento para minimizar su propagación, el desempleo aumentó considerablemente, y hubo una gran pérdida de horas de trabajo y de ingresos. La OIT estimó que, en el transcurso de 2020, el 8.8 % de todas las horas de trabajo, o 255 millones de puestos de trabajo a tiempo completo, se perdieron en todo el mundo, con una reducción global del empleo que afectó a 114 millones de personas (ILO, 2021a). 

Incluso antes de la pandemia de COVID-19, millones de jóvenes en todo el mundo estaban atrapados en un ciclo de desempleo y trabajo informal, no remunerado o mal remunerado; sin embargo, la educación y el ALTV pueden –con una formulación de políticas y una planificación eficaces– impactar positivamente en sus posibilidades en el mercado de trabajo brindándoles competencias relevantes (Hutchinson y Kettlewell, 2015). Si bien el desempleo tiene efectos negativos a largo plazo en el bienestar de las personas e implicaciones en los costos de bienestar para la sociedad, las políticas de ALTV dirigidas a la activación del mercado laboral y la mejora de las competencias pueden ayudar a enfrentar el desempleo y sus impactos psicológicos (Mousteri, Daly y Delaney, 2018).

Si bien el discurso sobre la cuarta revolución industrial (a veces denominada Industria 4.0) se refiere principalmente a las ciudades y sus periferias, en muchas áreas rurales la agricultura continúa proporcionando una importante fuente de ingresos. Brindar oportunidades de empleo a los jóvenes y reducir la pobreza rural son preocupaciones importantes. Esto requiere anticipar cómo está cambiando el trabajo en las áreas rurales, particularmente como resultado del cambio climático. Adaptarse a este cambio requiere una innovación masiva en las prácticas agrícolas existentes y el desarrollo de nuevas habilidades y conocimientos a través de programas de educación profesional y oportunidades de formación. Por consiguiente, tanto las áreas urbanas como las rurales están presenciando transformaciones estructurales y rápidas moldeadas por la tecnología y el cambio climático, que requieren nuevos modelos de capacitación. 

Las nuevas tecnologías, los cambios demográficos y el cambio climático están transformando los empleos y los patrones de participación en el mercado de trabajo. Establecer una cultura de aprendizaje a lo largo de toda la vida en y para el trabajo es un imperativo a fin de adaptar la fuerza de trabajo a los nuevos requisitos laborales, construir sociedades más inclusivas y justas, y promover la realización y el desarrollo personal.

1.2.3. Cambios demográficos

A nivel mundial, las personas viven más, hay menos jóvenes que ingresan al mercado laboral y el perfil de edad de la población es cada vez más envejecido. Según estimaciones de las Naciones Unidas, la población mundial de personas de 65 años o más ascendía a 727 millones en 2020 (UN DESA, Population Division, 2020) y, para 2050, las personas mayores superarán en número a los jóvenes (UN, 2022). La gente trabaja más tiempo y la edad de jubilación en muchos países se está retrasando. Entre las poblaciones que envejecen, donde las personas permanecen activas en el mercado laboral durante más tiempo, existe una demanda creciente de oportunidades de mejora y reconversión profesional.

El cambio demográfico también resulta del desplazamiento forzado de un gran número de personas debido a conflictos o desastres naturales. El conflicto en la República Árabe Siria, por ejemplo, ha provocado más de 6.1 millones de desplazados internos (IDMC, 2019), mientras que la crisis política, económica y social en la República Bolivariana de Venezuela ha provocado la migración de más de 4.8 millones de personas (UNHCR, 2020). Los países de destino tienen el desafío de desarrollar rápidamente estrategias para reconocer y acreditar el aprendizaje, las habilidades y las competencias formales y no formales que los refugiados traen consigo y ofrecer programas de aprendizaje específicos para apoyar la integración de los refugiados en el sistema educativo nacional o el mercado laboral.

En los últimos años, varios países han promulgado leyes para la integración de los refugiados (véase UNESCO, 2018). La Proclamación de Refugiados de Etiopía otorga a los refugiados acceso a las escuelas, afirmando que ”todo refugiado o solicitante de asilo reconocido recibirá el mismo trato que se otorga a los ciudadanos etíopes con respecto al acceso a la educación preescolar y primaria” y que los refugiados tienen derecho al “reconocimiento de certificados, diplomas y títulos escolares extranjeros” (Federal Democratic Republic of Ethiopía, 2019, p. 16). En la República Islámica de Irán, un decreto emitido en 2015 por el jefe de Estado apoyó la aceptación de niños afganos en las escuelas, incluso en ausencia de la documentación adecuada. A esto le siguieron en 2016 medidas gubernamentales para apoyar a los refugiados, incluida una nueva tarjeta de apoyo educativo para niños afganos sin documentación (Hervé, 2018). 

Si bien estos son ejemplos positivos, vale la pena señalar que, en muchas partes del mundo, los refugiados aún sufren una trágica falta de oportunidades educativas. Los beneficios de mejorar esta situación son claros: el ALTV puede romper las barreras culturales y lingüísticas, apoyar un debate informado e inteligente sobre los flujos migratorios y crear vías para un mayor aprendizaje. Además, se ha descubierto que la participación en el ALTV ayuda a los ciudadanos a ser más activos en la sociedad civil y en la vida política, más tolerantes con la diversidad y más conscientes de los problemas sociales y políticos. El ALTV promueve la cohesión social y el entendimiento cultural, y apoya la creación de comunidades de aprendizaje a nivel local que pueden abordar desafíos como los bajos niveles de alfabetización, la pobreza intergeneracional y la sostenibilidad ambiental. De hecho, las comunidades de aprendizaje pueden ofrecer un medio para gestionar y resolver conflictos a través de la mediación y el diálogo, creando conciencia sobre las causas de los problemas socioeconómicos y moldeando las actitudes del público (UNESCO, 2018). Además, debido a que el ALTV tiene como objetivo crear oportunidades de aprendizaje para poblaciones muy diferentes durante diferentes etapas de sus vidas, puede ser una respuesta efectiva al cambio demográfico. Por ejemplo, las políticas de ALTV que tienen en cuenta las necesidades de aprendizaje de los trabajadores mayores pueden ayudarlos a mantenerse al día con los nuevos desarrollos tecnológicos para alentar su participación continua en el mercado laboral, que a menudo se asocia con beneficios socioculturales más amplios.

1.2.4. La urgencia resultante del cambio climático

El cambio climático y la necesidad de una acción climática son temas que están alcanzando rápidamente el primer lugar en las agendas de los responsables de la formulación de políticas. El sistema climático mundial ha sido desestabilizado por la actividad humana, y los países de todo el mundo ahora están presenciando inundaciones, olas de calor, sequías y otros tipos de condiciones climáticas extremas. Estos desarrollos quedan claros en el informe más reciente del Grupo de Trabajo del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que pronostica que tales eventos aumentarán tanto en regularidad como en intensidad, lo que conducirá a aumentos del nivel del mar potencialmente irreversibles (IPCC, 2021). Este último informe sigue a los hallazgos de 2020 de que la contaminación de la atmósfera por los gases de efecto invernadero, la pérdida de hielo marino debido al aumento de las temperaturas y las inundaciones causadas por las fuertes lluvias continúan sin cesar (WMO, 2020). Ahora es inevitable que todas las partes del mundo se vean afectadas por las perturbaciones relacionadas con el clima en los próximos años –de manera más aguda en el Sur Global–, por lo que es imperativo que las poblaciones aprendan a adaptarse a estos cambios.

Aquí, una vez más, el ALTV tiene un papel central que desempeñar, en primer lugar en términos de conocimiento. A través de oportunidades de aprendizaje accesibles para todos –sin importar su edad, nacionalidad, nivel educativo, antecedentes socioeconómicos o etnia– las poblaciones pueden sensibilizarse sobre las formas en que el clima está cambiando y las consecuencias que se están produciendo a nivel internacional, nacional y local. En segundo lugar, el ALTV fomenta la resiliencia en respuesta al cambio climático. Si bien las tendencias y muchas de sus consecuencias esperadas son claras, aún no conocemos todas las formas en que el cambio climático afectará la forma en que vivimos, y hay algunas consecuencias que aún no se pueden conocer. En los próximos años se necesitará una población mundial de educandos de por vida resilientes, que puedan identificar y evaluar los cambios en su entorno, formular respuestas y encontrar soluciones a los problemas emergentes.

Los responsables de la formulación de políticas pueden fomentar esta resiliencia a nivel local mediante el desarrollo de programas para aumentar la participación cívica. Las oportunidades de aprendizaje relacionadas con el clima pueden empoderar a las personas para abordar los desafíos que plantea el cambio climático en sus localidades y encontrar formas de administrar sus propios recursos de manera sostenible. También pueden dar lugar a iniciativas para crear conciencia sobre los desafíos que plantea el cambio climático, lo que permitirá a las personas tomar mejores decisiones compatibles con el desarrollo sostenible. Esto es importante en todos los niveles de educación, y es responsabilidad del gobierno garantizar que las personas estén informadas sobre los efectos del cambio climático, su impacto en la seguridad alimentaria y cómo promover el uso sostenible de los recursos. Dicha información aumenta la probabilidad de que los debates públicos sobre estos temas sean justos, constructivos y basados en pruebas.

Al mismo tiempo, los gobiernos deben crear condiciones propicias para acciones a nivel de base en respuesta al cambio climático, así como la creación de alianzas multisectoriales. La movilización de recursos por parte de organizaciones de la sociedad civil, instituciones de aprendizaje, comunidades y empresas puede contribuir significativamente a la acción climática a nivel local, al igual que iniciativas colectivas como el círculo de estudio, el barrio del aprendizaje y la ciudad del aprendizaje.

Recuadro 1.2 El ALTV en la práctica

Cómo enfrentó Ciudad del Cabo su grave crisis de agua

En 2017, Ciudad del Cabo (Sudáfrica), que entonces tenía una población de 3.7 millones de personas, experimentó la peor sequía en más de un siglo. La experiencia de la sequía cambió la forma en que los ciudadanos de Ciudad del Cabo piensan sobre el agua y cómo se puede gestionar. El aprendizaje a lo largo de toda la vida fue fundamental para ayudar a las personas de todas las edades a responder a la crisis. Por ejemplo, una campaña liderada por los funcionarios de agua de la ciudad brindó a los ciudadanos estrategias para reducir a la mitad el consumo de agua: esto incluía ducharse durante menos tiempo, descargar el inodoro solo cuando fuera absolutamente necesario, lavar la ropa con menos frecuencia, no regar el jardín y recolectar agua limpia en manantiales naturales en el área. Además, se introdujo un límite estricto de 50 litros de agua de suministros municipales por persona y por día, y se instalaron sistemas de aguas grises junto con grandes tanques de agua para aquellos que podían permitírselos. La sequía requirió los esfuerzos colectivos de todos los sectores y de todos los niveles de la sociedad para producir soluciones innovadoras y realistas a fin de que las personas pudieran sobrevivir con menos agua y reforzar su esperanza de un futuro sostenible. El aprendizaje a lo largo de toda la vida tuvo lugar en varios sectores de la sociedad a través de la educación inicial, el aprendizaje y la educación de adultos, así como de otros entornos de aprendizaje, tales como los medios de comunicación, las organizaciones religiosas y la sociedad civil.

Fuente: Walters, 2018

1.2.5. Salud y bienestar

La crisis del COVID-19 ha llevado la salud y el bienestar a lo más alto de las agendas de los responsables de la formulación de políticas al revelar el impacto multisectorial de los problemas de salud en la educación, la sociedad y la economía. Incluso antes de la pandemia, los beneficios de la educación y la salud para las oportunidades de vida individuales y las ventajas sociales eran ampliamente conocidos, al igual que la relación sólida y de refuerzo mutuo entre la educación y la salud, donde la mejora en una tiene un claro impacto positivo en la otra.

La participación en el aprendizaje conduce a mejores comportamientos y actitudes en relación con la salud, una mayor esperanza de vida y una disminución de las enfermedades relacionadas con el estilo de vida, con una reducción proporcional de los costos de atención médica (UIL, 2016). Nueva evidencia de estos efectos se incluye en el cuarto Informe mundial sobre aprendizaje y educación de adultos (GRALE 4), que encontró que la educación de adultos también tiene ventajas relacionadas con la salud para las familias, como en el caso de las madres que participan en programas de alfabetización que benefician la salud de sus hijos. (UIL, 2019).

La comunidad también es un escenario esencial para la difusión de información sobre salud, higiene y servicios relacionados, como lo demuestran los primeros esfuerzos a nivel local para crear conciencia sobre el COVID-19 y prevenir su propagación. El aprendizaje en general –y el aprendizaje no formal e informal en particular– contribuyen a mejorar la salud de las personas dentro de las comunidades. La iniciativa “Salud 2020” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntó a la creación de nuevos entornos de aprendizaje que fomenten no solo el desarrollo cognitivo del individuo sino también su desarrollo social, físico, mental y emocional. Además, con un enfoque en el aprendizaje social y emocional para la autoestima de los alumnos, el aprendizaje basado en la comunidad para la salud y el bienestar puede promover una ciudadanía más activa, así como la inclusión (WHO, 2015).

A lo largo de la pandemia, que ha amenazado la salud y el bienestar de muchas maneras, los beneficios del ALTV han sido evidentes. Como respuesta directa al impacto de la COVID-19 en la salud física, los programas innovadores de ALTV para la promoción de la higiene y el distanciamiento social han resaltado el gran valor del aprendizaje informal a través de campañas de información en Internet, televisión y carteles públicos. Además, universidades, bibliotecas y otras organizaciones han hecho que sus recursos educativos sean de uso gratuito en línea. Esto ha servido para promover las oportunidades de ALTV en el hogar durante los períodos de actividad pública restringida. En términos de salud mental y bienestar, algunas universidades han desarrollado recursos para personas que luchan para sobrellevar el impacto psicológico de la pandemia.[1]

El ALTV para la salud y el bienestar se ha convertido en un paradigma importante para el período pandémico y la recuperación pospandémica. Los acontecimientos recientes seguirán dando forma a las políticas y prácticas de ALTV en los años venideros, en particular con respecto a dos dimensiones que los responsables de la formulación de políticas deben tener en cuenta. En primer lugar, el aprendizaje para la salud dota a las personas de la capacidad de cuidar su propia salud y la de su familia. Esto se basa en las oportunidades de ALTV para la alfabetización en salud a fin de que las personas puedan obtener, evaluar críticamente y aplicar información en la toma de decisiones diarias relacionadas con la salud, contribuyendo así a su propia promoción de la salud (Jourdan et al., 2021). En segundo lugar, el aprendizaje para la salud puede considerarse una dimensión central de la educación ciudadana. Esto significa reconocer el impacto de las acciones de los ciudadanos en la salud colectiva de la comunidad (Jourdan y Gray, 2021).

1.2.6. Fortalecimiento de la ciudadanía

El mundo de hoy enfrenta desafíos sociales, económicos y ambientales sin precedentes que son impulsados por la aceleración de la globalización y el desarrollo tecnológico. Estos problemas emergentes afectan todos los aspectos de la sociedad y tienen repercusiones de largo alcance. Esto incluye, por ejemplo, la difusión de desinformación que ha llevado a algunas personas a negar la ciencia del clima y las vacunas, o las causas profundas de la pobreza y los flujos migratorios, entre otras cosas. Estas campañas de noticias falsas pueden generar una resistencia activa de los ciudadanos a las políticas y acciones destinadas a abordar los desafíos que el mundo está experimentando. También pueden inculcar y perpetuar entornos políticos populistas.

En las últimas dos décadas, los movimientos nacionalistas han ganado fuerza en diferentes países del mundo, motivados por tendencias excluyentes que fomentan la división, el caos e incluso la violencia. La abrumadora pandemia de COVID-19, junto con la urgencia del cambio climático y el actual auge de los movimientos populistas, nos han recordado que el aprendizaje es primordial en tiempos como este, y es fundamental dotar a los ciudadanos del conocimiento y la información suficientes para responder a estos problemas. Los gobiernos nacionales y locales desempeñan un papel importante en este esfuerzo.

Las cuatro áreas del desarrollo sostenible –crecimiento económico, inclusión social, expresión cultural y protección del medio ambiente– dependen de las contribuciones de ciudadanos informados y activos. Según la definición de la UNESCO, la «ciudadanía mundial» se refiere a “un sentido de pertenencia a una comunidad más amplia y a una humanidad común” (UNESCO, 2015, p. 14). Esta perspectiva global empodera a los estudiantes para que “participen y asuman roles activos, tanto local como globalmente, para enfrentar y resolver los desafíos mundiales y, en última instancia, volverse contribuyentes, en una actitud proactiva, de un mundo más justo, pacífico, tolerante, inclusivo, seguro y sostenible” (UNESCO, 2014, p. 16). 

En un marco de referencia titulado Key Competences for Lifelong Learning [Competencias clave para el aprendizaje permanente], publicado por la Comisión Europea (European Commission, 2019), la competencia ciudadana se articula como una comprensión de los valores sociales comunes y una visión diferenciada de los principales desarrollos históricos a nivel local, nacional y mundial. Se refiere además al pensamiento crítico, las habilidades para resolver problemas y la participación en actividades cívicas y la toma de decisiones en todos los niveles de gobierno. La ciudadanía mundial y activa se basa fundamentalmente en el respeto de los derechos humanos e incluye 'el apoyo a la diversidad social y cultural, la igualdad de género y la cohesión social, estilos de vida sostenibles, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la disposición a respetar la privacidad de los demás, y asumir la responsabilidad por el medio ambiente' (European Commission, 2019, p. 12). 

Para mejorar el conocimiento, las habilidades y las actitudes de las personas a fin de que se conviertan en ciudadanos activos, la educación para la ciudadanía adopta un enfoque multifacético, que incluye la educación en derechos humanos, la educación para la paz, la educación para el desarrollo sostenible y la educación para la comprensión internacional. Aplica una perspectiva de ALTV, comenzando desde la primera infancia y continuando a través de todos los niveles de educación hasta la edad adulta, incluyendo enfoques formales e informales, intervenciones curriculares y extracurriculares, así como vías convencionales y no convencionales de participación (UNESCO, 2015, p. 15). Si bien se ha prestado atención a la educación para la ciudadanía en las escuelas y la educación formal, se necesitan más esfuerzos para crear conciencia y mejorar las competencias para la ciudadanía activa y global entre jóvenes y adultos.

Recuadro 1.3 El ALTV en la práctica

Fortalecimiento de la ciudadanía en las ciudades del aprendizaje

Buenas prácticas para fortalecer la educación ciudadana a nivel local se pueden encontrar entre los miembros del grupo temático sobre educación ciudadana de la UNESCO Global Network of Learning Cities’ (GNLC) [Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje de la UNESCO]. Una encuesta realizada en 2019 mostró una riqueza y variedad de iniciativas tomadas por los miembros del grupo para promover la ciudadanía activa. Los resultados demostraron que una amplia gama de actores sociales contribuyen a la educación ciudadana, incluidos gobiernos municipales, fundaciones y asociaciones, escuelas y universidades, institutos de formación, centros comunitarios, bibliotecas y clubes sociales.

La ciudad de Yeonsu-gu en la República de Corea ha implementado varios proyectos de ciudadanía para mejorar el compromiso cívico, desarrollar la resiliencia de la comunidad y fomentar la democracia directa. Una "plataforma de gestión de viviendas multifamiliares en línea" apoya el intercambio de información entre las comunidades locales y permite la participación directa de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones a nivel local, independientemente del tiempo y el espacio. También en la República de Corea, la ciudad de Bucheon utiliza las artes liberales para fomentar la ciudadanía activa. Las artes se utilizan como vehículo para aumentar la conciencia crítica entre los ciudadanos, lo que implica, por ejemplo, un concurso de poesía orientado hacia la ciudadanía mundial.

Para fomentar la inclusión social, la ciudad brasileña de Contagem promueve la educación y la no discriminación. Por ejemplo, a través del proyecto Escuela sin Fronteras, iniciado en 2015, se ofrecen clases de lengua portuguesa a inmigrantes, incluyendo asistencia individualizada para alumnos inmigrantes de primaria y sus padres, facilitando así la comunicación entre la escuela y la familia.

Fuente: UIL et al., 2021

[1]Para obtener más ejemplos de cómo las universidades han apoyado a las comunidades locales en términos de salud y bienestar durante la pandemia de COVID-19, consulte la nota reciente del Sector de Educación de la UNESCO sobre el compromiso de las instituciones de educación superior con la comunidad, que está disponible en:https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000374128 [Consultado el 1 de febrero de 2022].

Why LLL should be promoted

Enviado por uil_maintainer el Jue, 03/11/2022 - 15:43

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