A finales del siglo XX, Medellín (Colombia) era famosa por su índice de criminalidad, que alcanzaba los 368 homicidios por cada 100,000 habitantes, su excesivo tráfico de drogas y su elevado nivel de pobreza. Gracias a la aplicación de estrategias de aprendizaje a lo largo de la vida y a los continuos esfuerzos de los sectores privado y público, y al compromiso cívico, Medellín ha conseguido transformarse drásticamente y convertirse en una ciudad creativa y de aprendizaje proactivo. En 2017, la tasa de homicidios se redujo a 19 casos por cada 100,000 habitantes, y la tasa de pobreza bajó del 22% al 12% (Redes de Ciudades del Aprendizaje, Medellín, s.f.).

La iniciativa de transformar Gelsenkirchen de un centro industrial a una ciudad de aprendizaje se puso en marcha como un intento de revivir una ciudad que sufría altas tasas de desempleo que habían alcanzado el 15% en 2016. En 1998, tras estudiar detenidamente la situación actual, se puso en marcha aGEnda 21 para aumentar la sustentabilidad de la ciudad e incorporar nuevas estrategias de aprendizaje que mejorarían la calidad de vida. Desde 2008, se han aplicado medidas eficaces para promover el aprendizaje a lo largo de la vida basado en la Educación para el Desarrollo Sustentable (EDS). En 2016, más de 120 empresas, instituciones y organizaciones firmaron una Declaración Conjunta para el Aprendizaje como confirmación del compromiso con el desarrollo de la ciudad y la comunidad.

El Consejo de Aprendizaje Comunitario (CAC) se creó como comité asesor del Ayuntamiento de Melton, Australia. Actúa como mediador entre la comunidad y el consejo, proporcionando recomendaciones al consejo sobre la educación a lo largo de toda la vida basadas en consultas con la comunidad. El consejo recaba las opiniones, necesidades y demandas de la comunidad local para asegurar el desarrollo social, cultural y económico a través de la educación a lo largo de la vida. Los miembros del CAC son designados cada cuatro años, o por el tiempo que dure el Plan de Aprendizaje Comunitario (UIL, 2015).

Las aldeas de aprendizaje a lo largo de la vida son una iniciativa llevada a cabo en Malí por la organización no gubernamental francesa Jeunesse et Développement (juventud y desarrollo), que permite a los jóvenes adultos participar en proyectos de desarrollo global, con el apoyo de la Embajada Británica, la Fundación Stromme, el Grupo de Desarrollo de Malí, el Fondo Metodista de Ayuda y Desarrollo, y DVV Internacional. El establecimiento de círculos de formación técnica y profesional, y aprendizaje, dentro de las aldeas denominadas VITAL ("Villages de l'Apprentissage Tout Au Long de la Vie", que en francés significa "Aldeas de Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida") tiene como objetivo aumentar el nivel de alfabetización y proporcionar conocimientos y habilidades que beneficien a la población local (UIL, 2015).

Los colegios comunitarios y universidades de los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina, en el sur de Brasil, surgieron entre 1940 y 1960 como iniciativas comunitarias con la intención de atraer a la población local que buscaba acceso a la educación superior. El carácter distintivo de las universidades comunitarias (a menudo denominadas Instituciones Comunitarias de Educación Superior, ICES) se refleja en su estado híbrido: combinan las características de las organizaciones estatales y privadas, pero no pueden definirse como ninguna de ellas. Su carácter no lucrativo y no religioso, así como su modo de gobierno híbrido y sus objetivos de desarrollo social, económico y cultural, garantizan la inclusión y dan lugar a estructuras de gestión que permiten la representación de la comunidad local y un proceso democrático de toma de decisiones. (Fioreze y McCowan, 2018).